El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, subrayó que esta cumbre es «un primer paso» en el diálogo regional necesario.

La Cumbre Brasil-Caribe marca un hito en la diplomacia regional con un firme compromiso por la integración Sur-Sur.

El Departamento de Seguridad Nacional instó a los migrantes a salir voluntariamente de EE.UU., ofreciendo asistencia para el viaje y un bono de 1.000 dólares al llegar a su país de origen.

El epicentro de la crisis sigue siendo Puerto Príncipe (capital), pero la violencia de las pandillas se extiende a departamentos como Centro y Artibonite.

Cuestionan hacinamiento, insalubridad y desnutrición, entre otros problemas. Exigen respeto a la dignidad humana de las personas detenidas.

El canciller venezolano, Yván Gil, enfatizó que su Gobierno apoya firmemente la lucha de Haití por su soberanía y autodeterminación.

Con el silencio de Washington, el fundador de Blackwater extiende su influencia mercenaria en Haití, ratificando las denuncias sobre la injerencia estadounidense en Latinoamérica.

Las medidas más criticadas incluyen detenciones en hospitales y restricciones al a servicios de salud, especialmente a mujeres embarazadas, quienes en algunos casos han sido detenidas mientras recibían atención médica.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios en Haití (OCHA) emitió una advertencia sobre el impacto devastador de la violencia en el sistema educativo del país.

La medida permitirá a Washington detener a presuntos pandilleros haitianos y enviarlos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador con la complicidad de Nayib Bukele.