La crueldad del régimen sionista se cobró la vida de al menos 60 personas, entre ellas 20 niños, el viernes, 13 de junio, tras un brutal ataque aéreo israelí contra un edificio de 14 plantas en el complejo residencial Mártir Chamran, ubicado en el noreste de Teherán, la capital iraní.

El complejo residencial fue uno de los objetivos de los bombardeos lanzados por Israel contra diversas zonas de la capital y otras ciudades iraníes durante la madrugada del viernes. Hasta el momento, 38 personas han sido rescatadas de entre los escombros, pero la televisión iraní advierte que entre quienes aún permanecen bajo los restos se encuentran 10 niños, incluyendo bebés de menos de nueve meses de edad.

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La agresión sionista no solo impactó infraestructura civil, sino que también cobró la vida de importantes figuras militares y científicas. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, Mohammad Bagheri, el comandante en jefe de los Cuerpos de la Guardia Islámica Revolucionaria (CGIR) de Irán, Hossein Salami, el comandante de los cuarteles centrales Khatam al-Anbiya de Irán, Gholam-Ali Rashid, y el comandante de la división aeroespacial de los CGIR, Amir Ali Hajizadeh, murieron en estos ataques.

Entre los civiles martirizados se encuentran nombres como Parham Abbasi, Parnia Abbasi y su padre. La Federación Iraní de Taekwondo lamentó la pérdida del joven luchador Amir Ali Amini, miembro del equipo nacional juvenil. Asimismo, el jinete iraní Mehdi Poladvand, miembro del equipo de la provincia de Alborz, también perdió la vida junto a su padre, madre y hermana en este ataque indiscriminado contra zonas residenciales.

Los ataques israelíes se dirigieron a instalaciones nucleares y edificios residenciales, marcando una peligrosa escalada en la región. A primera hora del viernes, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán anunció el lanzamiento de la Operación Promesa Veraz 3 en respuesta a la agresión de Israel, con misiles que, según reportes, causaron una «destrucción sin precedentes» en numerosas áreas de la entidad sionista.

Este nuevo capítulo de agresión por parte del régimen de Tel Aviv subraya la constante violación del derecho internacional y el desprecio por la vida de civiles, incluyendo a los más vulnerables, en una política de terror que busca desestabilizar la región.

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